Paco l’explicador

En alguna ocasión ante una explicación prolija, larga, enmarañada de una cuestión en Jijona se pronuncia la expresión: “Xe, pareixes Paco l’explicaor” (Oye, pareces Paco el explicador)

Pero, ¿de dónde procede esta expresión? Aunque parezca extraño procede del mundo del cine, de las primeras épocas del cine mudo.

El espectáculo del cine nació en París el 28 de diciembre de 1895 cuando los hermanos Lumière proyectaron la salida de obreros de una fábrica en Lyon, la llegada de un tren, la demolición de un muro y la salida del puerto de un barco. Rápidamente llegó a la provincia de Alicante.

Cámara de los hermanos Lumière. camara-hermano-lumiere-de-the-original-uploader-was-clc3a1udio-aarc3a3o-rangel-de-wikipedia-en-portuguc3a9s.-transferido-desde-pt.wikipedia-a-commons.-dominio-pc3bablico-httpscommons.wik.jpg

La primera experiencia cinematográfica de Alicante se produjo en agosto de 1896 en los salones del Café del Comercio. El éxito de esta nueva experiencia de ocio posibilitó que unos meses más tarde en el Teatro Principal se intercalaran sesiones cinematográficas con espectáculos de varietés. A finales del siglo XIX ya se instalaron unos barracones o salones específicos para la proyección de películas. Uno de los primeros fue el que tenía el señor Sanchís en la Plaza del Teatro en 1898 y que proyectaba de forma regular películas que se traían de París. En 1903 se filmó en Alicante el primer cortometraje titulado Gigantes y cabezudos en el paseo del doctor Gadea. En 1912 se inauguró el Monumental Salón Moderno, una sala que ayudó a captar a un sinfín de espectadores.

En las navidades de 1896 llegó el cine a Alcoi, ya que en su Teatro Principal se proyectaron cortometrajes a modo de entreactos de una pieza teatral. Al año siguiente ya aparecieron los barracones desmontables frente al teatro que ofrecían proyecciones cinematográficas. En 1906 se rodó la primera película, que como no podía ser de otro modo, tenía como temática las fiestas de Moros y Cristianos.

Orihuela esperó hasta 1900 para conocer al mismo tiempo dos nuevos ingenios tecnológicos, puesto que junto con la proyección cinematográfica se produjo una audición musical reproducida por uno de los fonógrafos de Edison. Desde ese momento comenzaron a aparecer casetas en lugares públicos hasta que en 1908 el Teatro Circo empezó a programar con cierta regularidad sesiones de cine.

Hacia 1915 un buen número de poblaciones de la provincia de Alicante habían vivido alguna experiencia cinematográfica.

Programa de Fiestas de Moros y Cristianos de 1904.

La primera referencia a una proyección cinematográfica en Xixona aparece en el programa de Fiestas de Moros y Cristianos de 1904, primera edición que se celebró en el mes de agosto. Los días 25, 26 y 27, después de haberse organizado los tres días de fiestas mayores, se celebró cada día “cinematógrafo público”. 

Programa de Fiestas de Moros y Cristianos de Xixona de 1905

Al año siguiente se organizaron ya cuatro sesiones nocturnas “amenizando los intermedios (…) la laureada banda de música de esta ciudad”. 

Fila Moros Vermells con su nueva bandera. Al fondo se observa la puerta del pósito. 1950.

Las primeras sesiones de cine se realizaron en la antigua casa pósito, que se encontraba en la entrada del Xixona junto al puente de Alicante. Era un edificio de planta rectangular con un sólo piso cubierto por un tejado de doble vertiente, con una gran puerta a la plaza del Vall. En 1847 la Sociedad del Liceo, debido a que el edificio había perdido su uso de almacenamiento de grano para los labradores, solicitó al Ayuntamiento su utilización como improvisado teatro.

Dado que no se han conservado programas de fiestas desde 1906 hasta 1914, la siguiente aparición documental se halla en el programa de Fiestas de Moros y Cristianos de 1915 cuando se programaron cinco sesiones entre los días 24 y 28 de agosto que se realizaron a la caída de la noche en la calle Alfonso XIII.

Con el objetivo de amenizar las proyecciones cinematográficas y atraer al público. Las sesiones fueron animadas por un pianista que con sus notas musicales ponía la banda sonora y por una persona que se colocaba al lado de la pantalla para comentar cada una de las escenas y leer los textos explicativos que, en ocasiones, aparecían entre escena y escena. Esta persona, que animaba con su labia y verborrea las sesiones cinematográficas, se convirtió en imprescindible y en una especie de héroe para el público y con el paso del tiempo fue conocido popularmente como “l’explicador” (el explicador).

Fernando Galiana Carbonell en su libro Anecdotario Jijonenco detalla la personalidad del primer explicador de Xixona: “Este recayó en un parlanchín y amigo del dios Baco, quien provisto de un puntero y situado a la parte izquierda de la pantalla o “llançol”, con voz gangosa y tonadilla de barracón de feria, refería todas las incidencias del film.” (…) “héroe folletinesco, que era la admiración de todos y gozaba de tal popularidad entre los aficionados, como si se tratase de otro de los ases de la escena de aquellos tiempos. 

Este personaje para calentar la voz y vencer a la timidez solía asistir previamente a cada una de las sesiones al bar a tomar algunos tragos para animarse. En una ocasión se animó en exceso y no acudió al inicio de la sesión en el pósito. El público comenzó a impacientarse y a reclamar a grito pelado el inicio de la película. El tiempo pasó y pasó y el propietario del local no tuvo más remedio que presentarse ante el respetable y anunciar la suspensión de la proyección por la incomparecencia del explicador.

“De pronto, entre los espectadores sale una voz que dice: “Señores yo puedo hacer perfectamente lo del explicador y ustedes van a comprobarlo”. “Que comience la función”. “Dicho y hecho. Se apagaron las luces y una voz clara y vibrante acarició los oídos de los espectadores. Había nacido un nuevo explicador (…) Francisco Sirvent, Villeneta realizó este cometido hasta bien entrado el año 1916”.  De esta forma nació Paco l’explicador.

Al fondo se observa la casa pósito. Inicios del siglo XX.

Este caso no era único de nuestra población, sino que lo encontramos también en otras poblaciones.

Con la inauguración en 1912 del Monumental Salón Moderno en Alicante la pasión por el séptimo arte creció. A ello ayudó el hecho de que esta sala anunciaba “sesiones con explicador”.  Este era Jaime Santonja, un personaje que se haría popular y que daría paso a una nueva profesión que llegaría hasta la introducción del cine sonoro.

En 1911 el Teatro Circo de Orihuela tenía su propio explicador: Domingo Moreno, conocido como el Talento.

Ya conocemos que esta expresión tan jijonenca procede de los inicios del mundo del cine.